LAS MÁSCARAS QUE USAMOS
Las máscaras que usamos, un tema un poco difícil de tratar, nadie quiere que los demás se enteren que tienen una máscara puesta, pero en realidad todos alguna vez o siempre la tenemos, pues así es como se ha implantado la sociedad actual.
Tras tratar y reflexionar sobre esto, en clase, nos dimos cuenta que la mayoría de personas nos colocamos distintos tipos de máscaras, para ser aceptados o para evitar que nos lastimen, si nos mostramos como somos en realidad. Tras un breve debate, realizamos una actividad divertida y complicada, hacer la máscara que usamos o que alguna vez hubiésemos usado. Fue entonces cuando comenzaron las dudas ¿Que máscara hago? ¿ He utilizado una máscara alguna vez? ¿Tal vez la máscara que uso, ya forma parte de mí, por eso no se si en verdad existe? y varias preguntas más, después de tantas preguntas, que no supe como responder, decidí comenzar a elaborarla, fue entonces que me di cuenta, que si, si le he usado y la uso de repelente, pues mi sonrisa no siempre es sinónimo de felicidad, que la tristeza la demuestro en forma de enfado, tengo la mala costumbre de reír a carcajadas, y de volverme loca escuchando música, pero no signifique que este bien del todo, pues las tristezas siempre rodean mi mente y la dan vueltas, al igual que las alegrías y recuerdos amenos, que son un viaje mágico y hermoso a la vez. pero a pesar de esto siempre estoy bien, pues amo mis imperfecciones y temores.
La sonrisa y buenas vibras que demuestro día a día, si son verdaderas, casi siempre pero otros no, otros días, son como si hubiese un mar dentro de mí, que se quiere desbordar, por medio de mis ojos, solo para que mi alma no muera ahogada. Pero sé muy bien que la felicidad no se puede fingir, tampoco necesita ser escrita, cantada o gritada a los cuatro vientos. Se nos lee únicamente en los ojos y sólo puede ser interpretada por quienes nos conocen de verdad.